Doña Florinda prohíbe los animales y los niños chicos en la vecindad, y por una confusión, el Chavo y Quico intercambian la canasta del mandado por la canasta de la sobrina de Doña Clotilde. Luego de ver lo que había en la canasta, Don Ramón ayuda a cuidar a la bebita. Finalmente, Doña Clotilde piensa que Don Ramón se había robado a su sobrina, y lo golpea.