Don Ramón le enseña al Chavo que la gente debe hacer favores a sus semejantes. Luego Quico le presta al Chavo sus globos, pero cuando este los deja a un costado, terminan yéndose al cielo. Luego el Chavo se pone a jugar al avión e invita a Quico a jugar, y este amarra sus globos a la canasta del mandado de Doña Florinda, haciendo que ésta también se vaya al cielo.