El episodio comienza con Don Ramón que terminaba de lavar su camisa y la exprimió encima del barril del Chavo, y entonces el Chavo de casualidad le dice menso a Don Ramón, y cuando se dispone a salir, agarra la camisa con las manos sucias. Entonces Don Ramón se molesta más, haciendo que le de un coscorron al Chavo, además de decirle a gritos que se vaya. Luego el Chavo llega para invitar a Quico a jugar fútbol, pero él le dijo que salude al Profesor. Después de algunas confusiones entre el Chavo y el Profesor, éste se fue. Y cuando el Chavo y Quico se disponían a jugar fútbol, Doña Florinda llegó con un peinado muy diferente y sin sus típicos tubos. Al principio Quico no la reconoció, pero luego ella le dijo que venía del salón de belleza, al escuchar eso Don Ramón preguntó si estaba cerrado, haciéndola enojar.
Quico sale de su casa para decirle a Don Ramón que quite su ropa del tendedero por encargo de su mamá, Don Ramón se niega pero cuando ella llega, Don Ramón se asusta y se dispuso a sacar su ropa, y Quico le «ayuda» tirando una de sus prendas al suelo hasta que ve que él estaba furioso. Luego, Don Ramón se negó a bajar sus pantalones. Entonces, Doña Florinda le moja los pantalones que traía puestos y se va. Don Ramón se tentó a bajarlos, pero desistió, ya que decía tener fuerza de voluntad pero sus piernas empezaron a temblar, y cuando el Chavo se lo hizo notar, recibió un coscorrón. Luego Don Ramón le pidió que bajara sus pantalones a cambio de 20 centavos, pero él lo hizo con los que traía puestos, y se fue. En eso Doña Florinda salió para ver si Don Ramón ya había bajado los pantalones del tendedero, pero se volteó cuando lo vio en calzoncillos, a lo que él se subió sus pantalones, y recibió una cachetada de ella, y ella fue a preguntarle a Quico por el profesor. El Chavo regresó para decirle a Quico que Don Ramón estaba dando dinero por bajar sus pantalones, y Quico fue a hacerlo, y cuando estiró la mano para recibir el dinero, Don Ramón le apagó el cigarro que estaba fumando en su mano, y se fue a llorar.
Doña Florinda seguía preocupada porque el profesor Jirafales se tardaba en regresar, y cuando volteó, vio que los pantalones seguían ahí. Quico quiso bajarlos, pero su madre no se lo permitió, ya que él no era «criado de nadie», y que debía quitarlos Don Ramón. Y en ese momento llegó el profesor Jirafales, y al principio él la notó diferente, debido al peinado. Cuando ellos iban a ir a la casa de Doña Florinda, el profesor se había enredado en los pantalones de Don Ramón, y luego de desenredarse, ella se enojó. Quico quiso bajar los pantalones, pero de nuevo su mamá se lo prohibió, y cuando ella vio venir al Chavo, le dice que Don Ramón le regaló sus pantalones, a lo que él los baja del tendedero y se los pone, y Doña Florinda y el profesor se van. Por ello, el Chavo creía que Don Ramón estaba regalando cosas, y se lo cuenta a Quico, y él va a la casa de Don Ramón y se lleva los pantalones que éste último estaba planchando. Él sale a perseguirlo en calzoncillos y el Chavo le da las gracias y se va para cortar los pantalones a su medida. En ese momento, regresaron Quico, el profesor y Doña Florinda para devolverle los pantalones que Quico se había llevado, y para insultarlo. Y cuando los tres se fueron, Don Ramón se puso a renegar, y el Chavo regresó con los pantalones cortados. Él estaba muy feliz por los pantalones nuevos, pero cuando le dijo a Don Ramón que él le había regalado los pantalones según Doña Florinda, él terminó de entender todo lo que le pasaba. Más tarde, Quico estaba desnudo, cubierto únicamente con el barril, y le preguntó al Chavo si había visto su ropa y luego señaló a Don Ramón, que estaba vestido con la ropa de Quico y Don Ramón lo imita diciendo chusma chusma y Quico empezo a llorar mientras Doña Florinda sale de su casa y besa por error a Don Ramón y al verlo con el traje de Quico lo persigue y Doña Florinda se queda en shock al ver a Quico amarrado desnudo al barril mientras el chavo le quiere sacar el barril.