Don Ramón cuelga sus corbatas en el tendedero para que se sequen, pero el Chavo, Quico y la Popis las usan para jugar. Más tarde llega el Profesor Jirafales a la vecindad para regalarle un perrito a Quico, quien lo bautiza con el nombre de «Ramoncito». Luego, el Chavo y Quico deciden bañarlo con el agua de la fuente del segundo patio. Finalmente, Don Ramón usó sus corbatas para amarrar al Chavo y a Quico en la escalera.