El Chavo continúa vendiendo las aguas frescas en el segundo patio de la vecindad. En eso, aparece Quico, y el Chavo intenta ofrecerle un agua fresca, pero Quico se niega ya que no quiere que le agarre tifoidea. El Chavo dice que las aguas frescas no hacen daño, sino los tacos. Justo en ese momento, llega el profesor Jirafales y al escuchar la conversación, intenta explicarle al Chavo que todo lo que venden en la calle hace daño, lo que solo genera malentendidos en el Chavo. En aquel instante, aparece Doña Florinda e invita al profesor Jirafales a una «tacita de café», y él se va con Doña Florinda, pero termina olvidándose en ramo de flores, que es pisoteado por el Chavo.
Por otro lado, Don Ramón lleva una semana sin poder dormir, y Doña Cleotilde le explica que lo que tiene es insomnio, lo que generalmente es causado por un estado de angustia. Don Ramón quiere saber qué hacer para curar su insomnio, y Doña Cleotilde le recomienda un jarabe especial con el que podrá descansar bien, y promete comprárselo en la farmacia, lo que Don Ramón le agredece tomando su mano. Luego de eso, se queda dormido en medio del patio, lo que le hace pensar al Chavo y a Quico que fue hechizado por La bruja del 71. Después de que Doña Cleotilde vuelve con el remedio para el insomnio, los niños piensan que ella está usando un «brebaje para embrujarlo», lo que enfurece a Doña Cleotilde.
Cuando Don Ramón y Doña Cleotilde van a buscar al Chavo por el segundo patio, él y Quico se están escondiendo de La Bruja del 71, y creen que ella convirtió a Don Ramón en escoba. Cuando Don Ramón aparece, El Chavo y Quico piensan que sigue convertido en escoba, pero se sorprenden cuando lo ven. Por accidente, Quico termina derramando el jarabe sobre una de las cubetas de aguas frescas, y Don Ramón se lo toma, quedándose dormido en el medio del patio, hasta quedar tirado en el suelo.
Al final, todos los vecinos se beben todo el jarabe del puesto de aguas frescas del Chavo, y se quedan dormidos en el segundo patio.
