Don Ramón continúa trabajando como ropavejero. Los niños encuentran una bola de boliche entre las cosas que había dentro del costal de Don Ramón. Cuando el Señor Barriga se entera de ello, se muestra más que decidido a cobrarle la renta, considerando la bola de boliche como el cuerpo del delito o como dicen los niños, «el cuerpo de Benito».