Los niños juegan ping pong, pero el Chavo más interrumpe a Quico por lo que juega con él, y en seguida, termina golpeando a Don Ramón y le dice que fue «sin querer queriendo». Don Ramón termina golpeando a Quico con la guitarra. La confusión comienza cuando Doña Florinda aparece en la vecindad. Después que ella y Quico se fueran para su casa, Don Ramón le pega al Chavo ya que se burló de su abuela. Después, Don Ramón manda al Chavo decir a Doña Florinda que le devuelva la guitarra, pero Doña Florinda le dice a Quico que no le devuelve nada. Luego, Don Ramón llama a Doña Florinda de vieja y el Chavo le compara con una escoba. Don Ramón a todo el tiempo se ríe después de oír lo que dijo el Chavo. Enseguida, Quico sale de su casa, ríe y dijo a Doña Florinda que no sabe de lo que está riendo, entonces ella lo llama «Federico» y él llora. Más tarde, el Chavo está en el otro patio viendo a Don Ramón tocando la guitarra. Éste último habla de las «viejas», pero la confusión comienza cuando el Chavo piensa que se estaba referiendo a Doña Florinda. En verdad, Don Ramón se refería a las canciones viejas que eran muy bonitas. Después, Quico aprende con el Profesor Jirafales cómo tocar a la guitarra mientras Don Ramón intenta enseñar al Chavo. Al final, los niños juegan ping pong usando las guitarras como raquetas.