La Chilindrina viene del otro patio robando el spray para afeitar de Don Ramón. Él aparece en la ventana de su casa preguntando a la Chilindrina donde está el spray y ella le dice que no sabe, entonces Don Ramón se enoja y tira el spray de las manos de ella, pero termina golpeando a Doña Florinda, quien viene del otro patio. Esta última se enoja con Don Ramón y le da una cachetada, y en seguida, se va. Por eso, la Chilindrina le dice a Don Ramón que quería usar el spray para hacer pastelitos de merengue. Después, la Chilindrina le dice a Don Ramón que prestó sus corbatas para que el Chavo juegue a brincar la cuerda. Este último viene del otro patio jugando, pero Don Ramón le da un coscorrón y el Chavo se va llorando hasta el barril. Después, Don Ramón pregunta a la Chilindrina donde está el cordón de la plancha. Ella le dice que prestó a Quico para que él juegue a brincar la cuerda. Él viene del otro patio jugando, pero Don Ramón le pellizca. La confusión comienza cuando Doña Florinda sale de su casa. Más tarde, el Chavo llega a la vecindad con platos de papel, pero la Chilindrina le dice que los platos no sirven para nada. Entonces, el Chavo le dice a ella que sirven para jugar a los platillos voladores. Después, Quico sale de su casa y la Chilindrina tiene una idea: Jugar a hacer pastelitos de merengue, pero todos terminan ensuciando la cara hasta que, al final, la Chilindrina llora.