Tras lo ocurrido en el episodio anterior, en la casa de Doña Florinda le hacen un juicio al Chavo, con el Profesor Jirafales como juez, Quico como fiscal, Doña Florinda como testigo de cargo, Don Ramón como abogado defensor y la Chilindrina como testigo de descargo. Luego de varias discusiones, el Chavo finalmente confiesa que él accidentalmente atropelló al gato de Quico con la bicicleta de Don Ramón por esquivar a un señor distraído en la calle mirando a una señora bonita, el mismo señor que resultó ser el Profesor Jirafales y este para evitar meterse en problemas, declara al Chavo inocente.