Don Ramón vende tronadores, lenguas de suegra, confeti y cornetas, pero su negocio anda mal. Después, el Chavo está encargado de barrer todo el patio. Cuando el Chavo y Quico están jugando a la guerra de Independencia, la Chilindrina empieza a reventar tronadores, provocando confusiones en la vecindad.