El Chavo sueña que está en la época de los valientes caballeros y ayuda a un bebé dragón a encontrar a su mamá.
El Chavo y sus amigos juegan a la justa de caballeros, pero él compite con Quico para ver quién es el mejor gladiador del mundo y golpea por accidente al Señor Barriga, como siempre.
Por eso, el Profesor Jirafales les cuenta a los niños sobre «La Historia de la Edad Media» donde se trata de princesas, dragones y demás héroes de la antigüedad, entonces los niños juegan a que pelean con dragones, pero se cansan y se van a dormir, y el Chavo aparentemente despierto se encuentra un dragoncito en un fantástico bosque que desesperadamente trata de buscar a su madre. Al Chavo le da lástima así que decide acompañarlo.
Pronto llegan a una justa en la que compiten Ñoño contra Quico (secuaces del rey), y el «Rey Barriga corazón de melón» (el Señor Barriga) dirige el torneo, pero el Dragoncito se le escapa al Chavo de las manos e intentando atraparlo hace tropezar a Quico y estrellarse con Ñoño.
Con arruinar el torneo medieval, el rey y sus secuaces Quico, Ñoño, Paty, Popis, Doña Florinda, y el Profesor Jirafales amenazan y persiguen al Chavo y al Dragoncito por todo el reino; luego el Chavo se encuentra con Don Ramón convertido en burro y se sube en él, pero no lo deja montar hasta que ve al rey y sus secuaces creyendo que vienen a cobrarle los «catorce meses de impuestos y tributos» que le debe, y arrancan a correr por todo el bosque oscuro y llegan a un castillo tenebroso donde vive una malvada hechicera (Doña Cleotilde) y su asistente (Jaimito); de quienes el Chavo y Don Ramón intentaron esconderse al principio pero la hechicera los atrapa, y al rato llegan los forajidos que deciden terminar con el Chavo y Don Ramón a mitad de la ronda.
Con esto, el Rey ordena a Quico y a Ñoño a dispararles flechas con un arco al Chavo y a Don Ramón, quienes las esquivan, pero la hechicera los detiene y el rey intenta llegar a un acuerdo con ella, que le entregue al Chavo y a Don Ramón y este le dará un cofre del tesoro.
La hechicera acuerda con entregarle al Chavo, pero quiere quedarse a Don Ramón porque está enamorada, este huye y ella convierte a Don Ramón en un peluche de burro, el Chavo aprovecha y roba la varita mágica para convertirlo en algo mejor que antes y accidentalmente convierte a Don Ramón en un ratón, y a la hechicera en una ardilla, quién persigue a Don Ramón.
El Chavo está listo para pelear con el rey y sus secuaces, pero Quico lo reta y lo provoca, enfureciéndolo, y aunque el Dragoncito intentó asustar a Quico con gruñidos para ayudar al Chavo, fue en vano, incluso se atrevió a decirle al Chavo que quite al Dragoncito de su hombro para no manchar su armadura cuando lo golpee, pero esto enfurece al pequeño dragón y gruñe más fuerte, lo que consigue hacer que su mamá aparezca, asustando a todos, y Quico se hace el que no tiene miedo diciendo que quiere pelear con el Chavo, la Mamá Dragón, y el Dragoncito, pero tiene miedo a su enorme tamaño, entonces el Dragoncito tiene la oportunidad de regresar con su mamá.
Al final de esa noche, los forajidos casi atrapan al Chavo, pero por suerte resultó ser un sueño del Chavo por los problemas ocasionados dentro de la historia medieval, y cuando se lo cuenta al Señor Barriga y a Don Ramón su sueño creyendo que fue verdad, no le creen. Mientras que todos se fueron a dormir, el dragoncito junto a su madre se despiden del Chavo.