Timmy conoce a sus abuelos, el abuelo Vlad y la abuela Gladys, que organizan en su casa una larga y asquerosa fiesta llena de Yaks llamada «Fiesta del Yak». Tras una semana de tormento, Timmy desea tontamente que nunca hayan venido a América. Se encuentra de vuelta en Aburrestán, el país natal de sus abuelos, sin dinero ni magia para volver a casa.