Ned Flanders invita a Homer a beber una cerveza, pero al ver lo bella que era su casa, Homer se pone celoso y Ned le pide, furioso, que se vaya. Flanders inmediatamente se arrepiente de su arrebato de ira y trata de arreglarse con Homer, quien continúa siendo desafiante. Un día, mientras juegan al mini golf, Bart y el hijo de Flanders, Todd, deciden entrar a un torneo de mini golf. Homer confía en que Bart ganaría y apuesta con Ned que el padre del niño «que no gane» debería cortar el césped de su vecino con el vestido de domingo de su esposa. El día del torneo, Bart y Todd llegan a la final pero deciden declarar un empate, obligando a Homer y a Ned a cumplir ambos la apuesta.