Homer se harta de Santa’s Little Helper, ya que éste destruye continuamente cosas. Homer dice que se desharía del perro a menos que asistiese a una escuela de obediencia. El perro no aprende mucho, ya que Bart no está dispuesto a usar una cadena de castigo. La noche anterior al examen final, Bart juega con su perro, pensando que serían sus últimas horas juntos. Esto hace que Santa’s Little Helper tenga más confianza en Bart y obedezca sus órdenes, por lo que al día siguiente pasa la prueba final de la escuela de obediencia.