Las acciones de la Planta Nuclear crecen descontroladamente, haciendo ricos a obreros, excepto a Homer, quien había vendido todas sus acciones por veinticinco dólares y teme que sea cierto el rumor de que podría perder su empleo. Los rumores se hacen realidad cuando dos hombres de negocios alemanas le compran la Planta al Sr. Burns por cien millones de dólares y despiden a Homer por su incompetencia. Burns decide comprar su Planta de nuevo cuando descubre que sus antiguos empleados ya no le temen.