Después de que el Sr. Burns es atrapado arrojando los desechos nucleares dentro de los árboles del Parque de Springfield, se lo multa con tres millones de dólares. Los ciudadanos al principio deciden utilizar el dinero para arreglar la calle principal, pero el carismático Lyle Lanley los interrumpe y los convence de comprar uno de sus monorrieles. La ciudad acepta la sugerencia y Homer es contratado como conductor, pero la única persona que no está feliz ante la nueva situación es Marge. Pronto descubre evidencia sospechosa y visita una ciudad que anteriormente había comprado uno de los monorrieles de Lanley. Allí descubre que Lanley es en realidad un estafador y regresa corriendo a Springfield. Sin embargo, llega demasiado tarde ya que el monorriel ya había comenzado a funcionar, pero Homer logra utilizar un ancla para detener el tren y salvar a los pasajeros.