Para probarle a Lisa que estaba equivocada sobre el efecto coriolis, Bart llama a varios países del hemisferio sur. Uno de sus destinos es Australia, a donde hace una llamada por cobrar, la cual tiene un valor de 900 dólares. Después de que el receptor de la llamada se queja, Australia acusa a Bart de fraude. El Departamento de Estado de Estados Unidos negocia un arreglo, con una disculpa pública de Bart en Australia. Allí, después de que el niño se disculpa, el primer ministro lo somete a un castigo adicional de patadas. Homer y Bart huyen, pero finalmente el niño acepta ser pateado. Antes de recibir el castigo, se burla de los australianos y la familia escapa en un helicóptero.