Una serie de desafortunadas coincidencias en la casa de los Simpson y la escuela, causan que dos agentes de asistencia social acusen a Homer y a Marge de ser padres negligentes. Como resultado, Bart, Lisa y Maggie son llevados a la casa de la familia Flanders. Para recuperar a sus hijos, Homer y Marge deben pasar un curso de paternidad, mientras que Ned descubre que los niños no están bautizados y decide hacerlo él mismo. Homer y Marge logran recuperar a sus hijos y consiguen detener la ceremonia de bautismo.