Todo comienza cuando una maraca de pudin de bajas calorías, Abuela Plopwell, patrocina un concurso en Springfield que celebra la estupidez. Muchos residentes de Springfield entran en el concurso, pero las cosas no salen bien, y todo termina en una pelea entre los concursantes. Lisa denuncia a Springfield por ser una ciudad tan poco inteligente, y escribe una carta que impresiona a la sede de Mensa, una organización con los más inteligentes de Springfield. Pronto, invitan a Lisa a ir a una reunión, así mismo comienza a ser parte del selecto grupo.
En Mensa, ya formaban parte el Jeff Albertson, el Julius Hibbert, el Profesor Frink, el Seymour Skinner y Lindsay Naegle. Luego de ser echados de un quiosco que habían reservado en el parque, temen que la calidad de la ciudad de Springfield había disminuido, ya que los otros residentes, los más idiotas, tenían todo el poder sobre la ciudad. El grupo de Mensa va a enfrentar al Joe Quimby, el alcalde de la ciudad, sobre el incidente de los quioscos, y él escapa de la ciudad en avión, creyendo erróneamente que los intelectuales habían descubierto sus actos de corrupción. La constitución de la ciudad establecía que, si el alcalde se ausentaba, la ciudad sería gobernada por los ciudadanos más inteligentes que hubiese. Considerándose los más inteligentes, empiezan a gobernar la ciudad, esperando que las cosas malas mejoren. Todo iba bien, hasta que al grupo se le sube el poder a la cabeza. Al principio, hacen reformas positivas, como pasar música clásica en las carreras de perros, pero luego comienzan a discutir sobre otras ideas como tener un teatro de marionetas, un programa de jugos de brócoli y la idea de Jeff Albertson de permitir la reproducción sólo una vez cada siete años.
Mientras tanto, el pueblo de Springfield, furioso por las nuevas leyes, atacan a los intelectuales y llevan el mandato de Mensa a su final. Lisa queda a punto de ser aplastada, pero es salvada por el Dr. Stephen Hawking. El brillante científico aparece sólo para demostrar que el grupo de Mensa no era capaz de gobernar la ciudad.
Finalmente, Stephen Hawking y Homer van a Moe’s a tomar una cerveza, y charlan hasta que Homer lo imita en un intento de hacerle pagar las bebidas, recibiendo a cambio un golpe.