Los Simpsons 11×18 Días de vinos y rosas

Todo comienza cuando, luego de ver un video de su fiesta de cumpleaños, Barney ve que es un ebrio molesto, y promete mantenerse sobrio. Al principio, lo logra, pero luego le pide a Homer que lo acompañe a una reunión de Alcohólicos Anónimos. Mientras tanto, para ver una foto sacada por ellos en el Directorio de Springfield nuevo, Bart y Lisa deciden entrar a un concurso. En el armario, encuentran una vieja cámara y comienzan a tomar fotografías.


Barney comienza a hacer planes para cambiar su vida, ya que estaba limpio y sobrio. Su primera parada es la Escuela de Aviación de Springfield, donde toma clases para pilotear helicópteros. Barney lleva a Homer a un paseo en helicóptero, luego de haber tomado unas clases, pero, estando en el aire, discuten y rompen su relación de amistad.

Bart y Lisa, mientras tanto, toman fotos en la cima del monte Springfield cuando Bart desata un incendio forestal, tirando accidentalmente al suelo un foco de flash caliente. Los niños están en un inminente peligro, y Barney y Homer deben unirse para rescatarlos. Ambos suben al helicóptero, pero Barney se pone tan nervioso que piensa que no podría hacerlo sobrio. Cuando un camión de cervezas Duff frena de golpe, derrama parte de su contenido enfrente de Barney, quien toma un paquete de seis cervezas, dispuesto a beberlas. Sin embargo, Homer se las arrebata y las bebe él. Barney, recapacitando, se da cuenta de que Homer había recibido «seis balazos» por él. Juntos, vuelan hacia el bosque, en donde Homer, ebrio, salva a sus hijos.

Al día siguiente, en la casa de los Simpson, Marge les dice a los niños que habían llegado los nuevos directorios, y que su foto estaba en la portada. Bart y Lisa bajan corriendo, pero se dan cuenta de que la foto no era del monte Springfield; era una foto de los dos cuando eran bebés, desnudos y sentados en el inodoro. Al verla, ambos gritan y dicen que serán el hazmerreír de la ciudad. Marge le dice que la foto aún estaba en la vieja cámara cuando habían ido a revelar el rollo, y que, por haber ganado el concurso, había recibido una bicicleta. Los chicos, felices, abrazan a su madre.

Mientras tanto, la amistad de Homer y Barney se reestablece, y Barney trata de mirar un futuro de sobriedad y sin alcohol. Sin embargo, fuera de su taberna, Moe lo observa por unos binoculares y dice que nadie, jamás, se escaparía de él. Junto a él tenía una máquina de café, que era la bebida que tomaba ahora Barney.

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