Cuando el Chavo y la Chilindrina juegan a los toreros, Quico sale de su casa a preguntarle a la Chilindrina si quiere jugar con el y la Chilindrina le dice que no porque estoy jugando a ser una gran torera y después le va a preguntar al Chavo si quiere jugar, pero se desmaya al ver el toro del Chavo. Cuando llega Doña Florinda le pregunta a Quico cuál fue la causa, y Doña Florinda cree que fue Don Ramón y discute con él. Finalmente el susto de Doña Florinda provoca que ella abrace a Don Ramón, y cuando el Profesor Jirafales llega ve el abrazo entre ellos dos y creyó que una traición por amor y se va triste, Luego el Chavo y la Chilindrina sacan la carretilla de toro y Doña Florinda, Quico y Don Ramón ven que fue una equivocación.
Más tarde Don Ramón les enseña a los niños a torear hasta que llega Doña Florinda y cree Don Ramón le decía toro y se enoja y le pega y Don Ramón le da un coscorrón a Quico por equivocación porque quería pegarle al Chavo e intenta perseguirlo y el Profesor Jirafales viene de nuevo solo para venir a decirle a Don Ramón que lo reta a un duelo, ya que considera que él lo traicionó al «salir» con Doña Florinda y ella se va a su casa muy triste porque el Profesor Jirafales la rechazó. Más tarde los chicos de la vecindad discuten sobre quién es más fuerte, el historial de palizas de la Escuela 8.
Luego los niños de la vecindad se ponen a jugar con el toro artificial, lastiman un par de veces a Don Ramón, pero cuando El Chavo se esconde en su Barril, Don Ramón sale a buscarlo creyendo que no está ahí. Más tarde llega el Profesor Jirafales con un sable y su traje de Esgrima dedicado a matar a Don Ramón. El Chavo queriendo salvarlo lo golpea por atrás con el toro, lo que lo lastimó. y cuando Doña Florinda llega ve al Profesor Jirafales tirado en el suelo y él le dice a ella que sintió una puñalada trapera y cuando ve a Don Ramón con la espada, ella se molesta y lo persigue para darle una paliza, y se reconcilió con el Profesor Jirafales. Mientras Don Ramón quedo internado en el hospital, donde aún solía decirle a los demás que él era el rey de la muleta, a lo que El Chavo comenta burlescamente «y lo sigue siendo» refiriéndose a que este aún está en muletas de hospital y no de toreros.